lunes, 2 de octubre de 2017

Te suena algo?

                Hay ocasiones en que, como he dicho otras veces, te encuentras con escritos o información que confirma todo lo que ya sabes, tienes integrado o sospechas, y esta es una de esas ocasiones.
            Se trata de un mensaje de una entidad espiritual (por definir de alguna forma algo indefinible) que como él explica, se denomina por la necesidad nuestra, más que por que sea su verdadero nombre o definición EYNOLWADEN (fonéticamente EÏ-NOL-UADEN). En el mencionado mensaje nos presenta la visión de cómo una de un nivel inmaterial y ajeno a todo tipo de manipulación, percibe la realidad que nosotros experimentamos.
            Lo que aquí público es un extracto, de lo que especialmente me ha llamado más la atención, si bien a continuación pongo el enlace al blog donde esta público en completo, así como otros muchos mensajes de entidades, sobre lo que este aconteciendo en este momento.
            Como siempre, espero que te dejes llevar por tu esencia e intuición y aceptes solo aquello que realmente te llene y llegue al corazón. Abrazote.

EYNOLWADEN septiembre 2017

Los convenios de vuestro mundo implican que me nombre. Ante todo este nombre es una vibración; no busquéis ningún sentido o significado tal y como lo entendéis ahí donde estáis. Este nombre es EYNOLWADEN. Para simplificar, y para que esto os evoque algo, podríais llamarme pueblo de la naturaleza, aunque mi naturaleza os es estrictamente desconocida en el seno de este mundo.
No tengo palabras, no tengo conceptos, no tengo ideas. Entonces he venido simplemente para estar aquí, como vosotros estáis ahí. He venido a vuestra conciencia. Estoy tanto en esta voz que habla, como en el corazón de cada uno, porque tan pronto hay Felicidad, entonces mi Felicidad está ahí. No tengo objetivo, no tengo historia, no tengo principio, no tengo fin. Estoy obligado, de hecho, a encontrar lo que puede ser adecuado como palabras, como movimientos. No dependo de ningún alimento, de ninguna forma, y no tengo ningún interés en ninguna historia. Para que sea simple, digamos que soy un pueblo de la naturaleza, pero no de vuestra naturaleza, mi naturaleza se sitúa entre las dimensiones donde la conciencia toma forma. Pues soy lo que podríais nombrar una entidad interdimensional sin forma.
Si tuviese que tener una forma, la que mejor convendría es un triángulo de Luz, pero no quiero estorbarme con ninguna función, porque esta Felicidad que soy no puede ser compartimentada, ni siquiera organizada. En vuestro lenguaje, diría: atreveos a ser felices. Sed felices incluso si tenéis miedo. Parece que este mundo es regido por el miedo, y es esto lo que crea la pesadez, la inmovilidad, la densidad. El miedo es la antítesis de la Felicidad. En el Amor, la misma idea de lo que es el miedo ni siquiera representa algo para mí, si no es lo que puedo ver ahora, es decir esta crispación, este miedo al tiempo, este miedo a los acontecimientos, este mismo miedo a lo que nombráis el pasado. EYNOLWADEN no puede, de hecho lo tengo que confesar, ni siquiera sé cómo es posible dejar que se cree el miedo, el secretarlo.
Seguro que está ligado a la presencia de este cuerpo de alimento, en el cual parece que creéis, que sólo es un montón de frecuencias oscuras, por así decirlo, o de historias que adoráis, unos guiones, como si hubierais decidido ‒ aunque ahora sé, porque me lo han dicho, que no es la verdad, y lo he entendido ‒ creer lo que os dicen vuestros sentidos, en lugar de creer lo que os dice vuestro corazón. Ah, me dicen que aparentemente vuestro corazón no os dice a menudo gran cosa. De hecho, no hay nada que decir, sólo hay que ser.
            Entonces cuando vine la primera vez, me quede sorprendido, o sorprendida, porque desde mi punto de vista, voy a confesaros que no entiendo cómo vuestra llama eterna ha podido quedar presa de un saco de alimento, de una historia, de un miedo. No sé cómo lo habéis podido hacer, vosotros o los chicos malos, me parece, para desviaros de lo que sois. Sois esta llama eterna, la veo, y sin embargo es como si, para muchas conciencias encerradas en estos sacos de alimento, es como si no quisierais ver, ni vivir, lo que sois. Entonces por supuesto, me han dicho que había unas historias que habían pasado que os impedían ver, y sobre todo vivir, y sobre todo ser libres.
            Debo de confesaros que lo que me han dicho, lo que he visto, me sorprende mucho. Entonces parece ser que hay unas organizaciones, en este sector del universo, en este sector dimensional, que os han contado otras historias para salir de la historia. Ellos lo llaman, parece ser, unas estrategias, lo llaman pedagogía. Entonces intenté entenderlo, y vivirlo, porque no puedo entenderlo gracias a ningún órgano, como lo hacéis vosotros, pero intenté representarme lo que llamáis vuestro nivel de realidad. Y fui, no afectado sino de alguna manera un poco removido, de constatar que todas las felicidades que eran posibles en este mundo sólo dependían de las circunstancias de este mundo que son, tengo que reconocerlo, las más penosas que he podido ver hasta ahora, e incluso me han dicho que todavía quedaban muchos mundos como el vuestro.
Pues os aseguro que más allá de la historia en la historia, no hay ninguna historia, no hay que contarse o vivir ninguna historia. Pero me han dicho que fue una especie de juego que no acabó bien. No conozco y no entiendo todos los detalles de lo que sois ahí, esta llama que está atrapada en un saco de alimento. Y no entiendo tampoco cómo un alimento puede atrapar la menor llama que no depende de nada. Entonces me han dicho: « es que tienen unas costumbres, repiten continuamente. » Me han dicho también que había este elemento que no conozco, el miedo, que es opuesto a la Felicidad y a la Luz. Yo, no percibo nada de todo esto, veo simplemente una llama que sólo pide ser lo que es. Sólo veo la Felicidad que a veces se encuentra rodeada por este cuerpo pesado y que está encerrada por el miedo. Es como si este miedo fuese una secreción que se opone a la radiación de la Eternidad.
            Veis, os doy un punto de vista, que no depende de ninguna historia, de ninguna forma. Y también siento, desde que me han pedido acercarme a este particular espacio donde estáis, que estabais atrapados, de hecho, en una especie de inversión de la Verdad, porque en vuestro mundo, todo es relativo, nada puede ser verdadero y nada puede ser absoluto. Entonces, parece ser que se os han enseñado que la vida es don y que el miedo impide el don, porque hay unos marcos, allí donde estáis, ya que estáis en una forma, y que forma tan rara… Es compleja, es un aparato que requiere mantenimiento. ¡Qué idea, qué vida! Si es que puedo llamarlo, desde mi punto de vista, la vida. Yo, creo que se parecería más bien a lo que llamáis la muerte, y en la muerte os consideráis “vivos”.
            Me han dicho que habéis olvidado ‒ pero no logro entender cómo uno puede olvidar, sean cuales sean las mecánicas responsables de ello ‒, es decir que jugáis y ya no veis que jugáis, y sufrís porque habéis olvidado la Felicidad, nada más. Y buscáis la paz de este cuerpo, porque estáis obligados a dormir, es decir a apagaros todavía más, para poder regeneraros y estar como lo llamáis « en forma ». Parece ser también que estáis obligados a comer. Y muchas cosas que lleváis en este mundo son realmente lo que nombráis unos esfuerzos. Incluso cuando estáis felices esto requiere un esfuerzo, no os relajáis. Pero no creo que sea vuestra culpa, es la historia misma que lo ha creado. Veis, más vale no crear nada, porque todo está ya creado.
Pero bueno, me han dicho que esta mala historia se acababa, en todo caso aquí, y no en otra parte. He rápidamente, no explorado sino sobrevolado estos otros sectores de los universos donde ocurre el mismo proceso, a través de muchas otras historias. Y cuándo lo vi, tuve ganas de decir « ¡despertaos! », y me dijeron que no erais conscientes y que estabais dormidos, que estabais convencidos de estar despiertos. Y además, me enseñaron que había otras llamas, incapaces de alimentarse, que se alimentaban de vosotros. Es una cadena alimentaria sin fin.
            Veis, finalmente estoy obligado a hablaros de vosotros, a compartir con vosotros lo que vi, lo que veo. Y esto, diría que está repartido de modo totalmente uniforme, de hecho es sorprendente. Sea cual sea el tamaño de este vehículo, parece ser que lo llamáis la edad, sean cuales sean las historias, son unos trozos de historias que son inextricables. Pero parece ser que hay una ley que lo rige muy bien: la acción-reacción. Pues los resultados son sorprendentes.
¿Cómo es que un conjunto de llamas eternas, jugando al juego de la conciencia, ha podido encontrarse de manera inextricable ‒ en fin, parece ser que se acaba, me han dicho ‒ cómo es que aquí todo es exactamente a la inversa de la Vida? Porque incluso los que parecen para mí estar desbordados de vida, no se dan cuenta de que no están vivos. Creen estar vivos. Creer… entonces sabéis, os lo dije, no tengo ninguna forma y todavía menos cerebro, pues me es imposible creer, o si preferís, sólo creo lo que veo y vivo. Hubo, no lo oculto, una especie de… cómo lo diríais… no de incomprensión sino de estupefacción, porque entendí muy bien lo que veía.
Habéis jugado tanto que habéis perdido incluso el sentido del juego. Y de hecho, creo que en este idioma en el cual me expreso, no hay ninguna diferencia fonética entre “yo” y “juego”. Ah pues vosotros, habéis creado una gran diferencia. Porque este “yo” os impide ver el “juego”. Entonces parece ser, en las historias que me han contado, que os han prometido algo en otra parte, sobre todo en lo que nombráis vuestras creencias religiosas. Que idea es la de tener unas religiones. Pero, ¡si estáis conectados de toda eternidad! Simplemente no habéis querido ver el juego, sólo habéis visto el “yo”, y os habéis olvidado del juego. Lo que hago no es ningún juego de palabras, es exactamente lo que veo.
Y me han dicho también que estabais separados, divididos, y que incluso las diferencias de apariencia entre lo que nombráis animales, vegetales, o incluso creo, según unos simples colores que llamáis razas, y que las razas se han alejado tanto las unas de las otras, de su eternidad, que os parecen ser diferentes. Os parece ser también diferentes de lo que nombráis vegetales, animales. Me sorprendió haber visto unas formas de conciencias libres encerradas con vosotros, lo que nombráis animales. No es un buen juego el que jugáis aquí. Pero me han dicho que vuestro juego había ido tan lejos que había que crear unas particulares condiciones para haceros entender que no erais este juego, ni este “yo”. Tenéis que salir, me han dicho, del sueño. En fin estáis soñando, estáis teniendo unas pesadillas más bien.
            Me han dicho que esto se llamaba un juego diabólico. Es como si girarais incansablemente alrededor de vosotros mismos, como lo hace un planeta que gira alrededor de su sol. Intento encontrar lo que para vosotros sea comprensible, es decir unas imágenes, en función… porque yo, no necesito ninguna imagen, ni ninguna representación de hecho, pero lo que he podido ver y vivir, llegando a la superficie de este mundo, es a pesar de todo muy desconcertante. Y lo más escandaloso, en fin una de las cosas que nombraríais… que yo encuentro escandalosa, pero aparentemente no vosotros, es que estáis obligados, obligados me han dicho, a ganaros vuestra vida. Pero, ¡daos cuenta, la vida no se gana!
            De hecho, después de muchas explicaciones, podría decir que esto se parece a lo que llamáis la usura. Y esta usura, que no es la usura del dinero sino el uso y desgaste de lo que sois – afortunadamente sois eternos, como cada uno de nosotros, y cada uno de vosotros–, y que sólo veis las diferencias, ya no veis la Unidad, ya no veis la Verdad. De hecho dormís, pero además sois sonámbulos, es la palabra creo, es decir que soñáis, os desplazáis, pero siento deciros que es aquí donde estáis muertos.
Y de hecho me han dicho que había, desde hace mucho tiempo en vuestra tierra, unos seres que salían de su cuerpo y que regresaban. Y por supuesto, me han dicho que todos los testimonios confirmaban que era justo al volver que entrabais en un cadáver ‒ como dije, un saco de carne y de alimento ‒ pero parece ser que muchos de vosotros ni siquiera tienen la posibilidad de escapar de este cuerpo de alimento. Así que os habéis construido una historia con este cuerpo de alimento, y estáis convencidos que sólo hay esto, como si la vida pudiera apagarse. Pero vosotros, os apagáis de ilusión en ilusión, de pesadilla en pesadilla. No es una crítica, es… simplemente expreso algo de asombro. Entonces por supuesto, los Arcángeles me dijeron que unas historias se habían entrometido en vuestra historia, en vuestro juego. Lo entiendo perfectamente, pero dicho esto, no entiendo por qué, si es que efectivamente, como dije, es un juego que no acabó bien, que sea un juego, sobre todo, que nunca ponga la palabra “fin”. Es una especie de juego continúo.
            Pero bueno, lo que veo y lo que me han dicho me permite esperar, y de hecho comprobar, que finalmente el juego y el “yo” va a devolveros a la Felicidad porque el juego y el “yo” se paran.
            La única cosa que todavía podría encontrar sorprendente, es que a pesar de este cuerpo de miedo, a pesar del encierro de vuestra llama bajo esta chapa de plomo, cómo decís, pues ella sigue ahí. De hecho es sorprendente. No conozco la mecánica que fue utilizada para seguir viviendo en estos complejos aparatos que llamáis cuerpos, donde todas las historias se entrechocan las unas con las otras.
Entonces me han dicho también que os habían hecho creer que había que mejorarse, que habíais caído, que hubo, cómo se dice… un pecado original. Hay que estar verdaderamente cortado de la Verdad para tragar y alimentarse de este tipo de elementos. Pero esto viene también del lenguaje. Aquí donde estoy, no necesitamos estas vibraciones sonoras que se estructuran en lo que nombráis la cabeza, y que crean todo lo demás. En otras partes estamos permanentemente en comunión. De hecho pasáis vuestro juego a crear unos lazos cuando ya estáis encadenados, y llamáis a esto marido, mujer, hijos, y creéis que tenéis hijos; sólo tenéis unos sacos de alimento.
Entonces por supuesto, parece ser que cada saco de alimento es portador de una llama, y sin embargo, cuando me lo han dicho, me ha sorprendido mucho porque vi a unos sacos de alimento donde no había ninguna llama, y que sin embargo se movían, y me dijeron que era un nombre particular que olvidé, que no quiere decir nada para mí, unos sin-alma. Ah, acaban de susurrármelo, lo llamáis portales orgánicos. Que portales más raros… Hay más vida en una piedra, hay más vida en cualquier otra parte, pero aparentemente el olvido es tal que muchos de vosotros, a pesar del sufrimiento, a pesar de la densidad, parecen satisfechos. Han encontrado unas ocupaciones, me han dicho, en el juego, se creen imperfectos y buscan la perfección, creen haber caído por no sé cuál castigo.
He oído todo esto, he visto todo esto. ¿Qué más puedo deciros? Oh, sobre mí, no puedo decir nada más, os he dicho bastante. Pero sobre vosotros, aparte de deciros lo que sois y demostrároslo a vosotros mismos, no quiero añadir ninguna historia a vuestros sufrimientos, a vuestros miedos. De hecho, este cuerpo de alimento que pensáis ser, sólo transmite miedo, porque sólo veo pesadez, salvo en lo que nombráis vuestro pecho, me han dicho, donde está vuestra llama. E incluso algunos han creado unas falsas llamas en la cabeza, están convencidos que con su cabeza lo saben todo. Bah, sólo conocen la cárcel, pueden describir los barrotes, la puerta, e incluso habéis olvidado, parece ser, que estabais encarcelados.
Las llamas que lo han hecho son particularmente, cómo decís… retorcidas. Y el problema es que ni ellos ni vosotros sabéis que estáis jugando. Hay verdaderamente algo demasiado denso, demasiado pesado y demasiado serio en todo lo que manifestáis, en todo lo que hacéis. Incluso, parece ser que estáis obligados a cuidar este saco de alimento, que lo podéis perder en cualquier momento por lo que llamáis accidentes, enfermedades, y esto os parece normal. Pero tengo que reconocer, y es una constatación y no es ningún juicio, que de alguna manera, me siento frustrado por vosotros. Y además, al ver por primera vez vuestras formas raras… parece que esta forma y este vehículo, estáis obligados a cambiarlo, en intervalos regulares, más o menos largos según vuestras escalas de tiempo. Hay pues un desgaste, en todos los sentidos del término. Es la mejor palabra que me ha sido sugerida y a la que adhiero.
Entonces no se trata para mí de algo moral, porque veo bien que os habéis quedado atrapados en el juego, y algunos han querido haceros responsables, o culpables, y aparentemente esto ha funcionado muy bien. Estas cosas inútiles, que llamáis leyes de este mundo, cuando ahí donde estoy, ahí donde voy, no hay ninguna ley; sólo hay una ley, la ley del Uno y la ley del Amor, que es la misma. Y me han dicho, y lo he visto, que incluso algunos de vosotros portadores de esta llama, están convencidos de que están únicamente inscritos entre el pequeño cuerpo, que llamáis nacimiento, el bebé, y la muerte, y que incluso ellos piensan que el cuerpo, por supuesto, pero también lo que sois, regresa al polvo. Esto, tengo que decir que fue el elemento que más me ha interpelado.
Me han explicado, y efectivamente lo veo, que lo habéis invertido todo, inconscientemente por supuesto. Entonces me han explicado que la ley del Uno fue reemplazada por unas reglas propias de este mundo. Se ha llamado la “ley”, o la justicia. ¡Pero qué mundo tan raro! Podéis imaginaros como fue mi primer contacto con vuestra atmósfera, menos mal que estaba acompañado. Incluso tuve la oportunidad de ver que cuando una llama liberaba a otra llama, lo llamabais un homicidio creo, y después ibais a la cárcel, en lugar de agradeceros por haber liberado a una llama. Pero me han explicado luego que no servía de nada porque la llama seguía prisionera de una capa extraña, que se nombra la capa del alma o la capa astral. Y efectivamente entendí que la trampa era terrible. Efectivamente, la mejor palabra que me viene, es que absolutamente todo está invertido: estáis muertos pero decís que estáis vivos, celebráis vuestra muerte que de hecho es vuestro nacimiento, y cuando perdéis a alguien, lloráis vuestra libertad.
EYNOLWADEN saluda vuestra llama, y os digo: feliz regreso a la verdadera Vida y a la Libertad. No pienso tener la oportunidad de volver a expresarme de este modo. En cualquier caso, como se suele decir: « Os doy las gracias ». Honro vuestra presencia y vuestra escucha, y no olvidéis que todo esto sólo es un juego. Pero bueno, hay de todos modos unos juegos más agradables. Os saludo.
                        FIN DEL EXTRACTO.

            Os invito si os apetece a que establezcamos un diálogo sobre lo que contiene este mensaje.te 
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