El
otro día en el entorno de una conversación, le dije a una persona “eres uno de
los seres más afortunados de este planeta”. No importa quién era esa persona,
ni la conversación, ni el entorno, lo importante fue la frase, que desde que la
dije me martillea en la cabeza.
Ahora
pienso, ¿esa frase era solo referida a esa persona, o también me estaba refiriendo
a mí? Pues era para ella, para mí y para todos.
En
realidad no existe tanta diferencia entre la vida y posibilidades de unas
personas y otras. No sé a qué se debe y el porqué de esa especie de velo,
ceguera o como queramos llamarlo, que nos impide ver la realidad. Muchos
momentos de mi vida han sido de frustración, de impotencia, de desorientación y
he andado perdido, dando bandazos de un lado a otro.
Pero
ahora en este momento y sin tener muy claro tampoco porque, y más desde que
pronuncie la magnífica frase del
encabezado, me siento pleno y feliz. Cuando analizo lo que ha pasado, lo que ha
cambiado en mi vida, me doy cuenta de que no ha cambiado nada. Todo cuanto ahora
tengo, estaba ahí, junto a mí, en mi entorno, pero no lo apreciaba, por tanto
reconozco que solo ha cambiado una cosa, YO, mis percepciones, mi comprensión.
No
solo yo, sino todo el mundo está rodeado de Amor, de personas que están deseando que nos
dejemos Amar, de oportunidades de disfrutar a todo pulmón de la belleza que nos
rodea. Pero nos empeñamos en seguir ciegos, en no dar una patada a tanto convencionalismo
social, a tantas estructuras herméticas, a sacudirnos la incoherencia y a
dejarnos llevar por el verdadero sentido de la cordura y las pautas claras y
simples que surgen de nuestro corazón, el verdadero cerebro y guía de nuestros
pasos hacia la felicidad.
No
me pidáis que os explique como he llegado hasta aquí, ni que tenéis que hacer; sinceramente no lo sé, solo sé que ha
ocurrido, que un día decidí ser valiente y aceptar lo que venía del interior,
que si algo desde lo más profundo del corazón me hacía feliz, porque iba a ser
malo. Porque tenía que pasar esos sentimientos y emociones por el filtro del
criterio de los demás. Porque tenía que hacer públicos y compartir esos
sentimientos y emociones con los demás, si simplemente eran sentimientos y
emociones intimas y personales. Además, en realidad alguien ajeno a mí, ¿puede
comprender y sentir lo que yo siento?
Tampoco
se trata de llevarlo al secretismo absoluto y hermético, se trata de inhibirse
y de abstraerse a juicios y normas. El corazón ya sabe perfectamente lo que ha
de sentir y expresar, y a quien y cuando debe hacerlo, sin tapujos ni
parafernalias, simplemente viviendo cada momento, cada emoción con la
intensidad adecuada, descartando el miedo e ignorando la posible exposición a
juicios.
Es
cierto que dependiendo solo de ti y si lo permites, algunos elementos de la sociedad
pueden intentar destruirte, desacreditarte y hundirte, pera eso han sido creados
los convencionalismos sociales y las férreas leyes que atenazan tu creatividad y
libertad. Pero repito esto solo ocurre si tú lo permites, porque solo tú tienes
el poder de gestionar tu vida, de crear tu realidad. Cuando te llenas de luz,
cuando comprendes quien y que eres, cuando eres capaz de conectar con la
inmensa energía que está a tu disposición, nada ni nadie tiene poder para
hacerte daño; si tú no te juzgas, nadie puede hacerlo. Y no hay que confundir
los términos, eso no significa que cada uno haga lo que le dé la gana y esta
vida se convierta en un erial sin amo. Cuando estas en coherencia y sintonizado
en la frecuencia debida y escuchas tu corazón, nada de lo que hagas hará daño a
nadie. El Universo tiene energía suficiente para abastecer las necesidades de
todos hasta la saciedad, aunque eso no te lo enseñasen y la maldad no tiene
cabida en la esencia pura del corazón.
Cuanto
daría yo en este momento porque todas las mentes se abriesen de par en par,
porque todas la mentes estuviesen conectadas y nadie pudiese ocultar sus
pensamientos y emociones, que vuelta daría el mundo y la sociedad.
Pero
esa no es mi misión, ni mi objetivo, mi objetivo es ser plenamente feliz, ser
sincero, claro y puro conmigo mismo, realizarme plenamente como el ser capaz de
amar sin condiciones que habita en mí, el comprender que solo soy responsable
de mí y que solo puedo modificarme, juzgarme y reafirmarme a mí, y que cuando
consiga esto mi vibración a nivel cuántico, sintonizara con otros seres en mi
misma frecuencia y poco a poco, de forma voluntaria, coherente, otros seres se
irán uniendo e iniciaremos el regreso a nuestro origen.
Así
que a partir de este momento voy a empezar a amarme profundamente y a permitir
que mi corazón sea el que guíe mis pasos, te invito a reflexionar y hacer lo que consideres más oportuno, no por lo que diga yo, sino por lo que dicte tu corazón.
Como siempre, un profundo y sincero abrazo.