Este suele ser un tema bastante
complicado, ya que con frecuencia y por seguir sufriendo el dominio y
atontamiento que te transmite el ego, creemos que lo tenemos dominado y que eso
es cosa de otros. Es más, con más frecuencia de la deseada, se lo hacemos
resaltar a los demás en las conversaciones, “eso es ego” solemos decir, al
creernos unos conocedores infalibles de las manifestaciones egoicas.
La verdad es que durante mucho
tiempo he andado perdido, supongo que como todo el mundo, entre diferentes
sensaciones que te mostraban una realidad equivocada, en cuanto a controlar
dicho elemento de tan marcado interés en el comportamiento y personalidad de cada
uno.
Bueno pues ahora, empiezo a tener la
sensación de poder ejercer influencia y control sobre él. Posiblemente, no
seguro, que tendré que currármelo de lo lindo, pero eso ya empieza a carecer de
importancia, porque no hay nada más importante que saber qué camino tomar y cuáles
son las decisiones más adecuadas para
lograr alcanzar un objetivo, y ahora tengo la sensación clara y definida de
estar en ello. Por supuesto, una de las aptitudes primordiales para superarlo,
es no dejarse atrapar de nuevo por sus engaños y halagos desorientadores.
Empiezo a estar seguro de andar por
el camino correcto, cuando te dicen que tú eres la causa de su bienestar y que
sin ti no habrían sabido encontrar el
camino, y sabes y aceptas que es mentira. Cuando te dicen que eres el mejor
maestro que han encontrado, y sabes que es mentira. Cuando te dicen que eres
una persona extraordinaria, y sabes que es mentira. Cuando te alagan de mil
formas diferentes y tú eres consciente de que es mentira. No solo porque te das
cuenta de aquellos que lo hacen para dorarte la píldora, sino y más importante,
cuando te lo dicen aquellas personas que sabes que lo dicen de corazón y que de
verdad creen que deben estar agradecidos hacia ti.
Cuando estos piropos y halagos
comienzan a dejarte indiferente, cuando entiendes que esas personas te
sobreestiman por el aprecio real y sincero que tienen hacia ti, cuando
descubres que los que se merecen esos apelativos son ellos y no tú. Cuando eres
capaz de verlos en toda su valía y reconoces en ellos su grandeza, pero al
mismo tiempo eres capaz de reconocer en ti, tu esfuerzo, interés y capacidad de
ayudar acompañando en su camino, en su justa medida, quizá, es cuando estés en
el camino correcto para saber quién y que eres realmente.
Siempre, y los que me conocen desde
hace tiempo bien lo saben, he dicho que no me gusta para mí la palabra Maestro,
como tampoco me gusta la de terapeuta. Me gusta más la de compañero de búsqueda
de la coherencia y la paz interior, quizá pueda aceptar la de guía emocional, o
algo así y lo que si es cierto es que lo que me estoy haciendo es, experto en
escuchar y comprender.
Mi sitio es el que es, agradezco a
algunos que me vean como un súper no sé qué, pero no lo soy, o al menos lo soy
en la media en que ellos lo son. Sí, soy una chispa Divina encarnada para
experimentar en este nivel dimensional, pero en la misma medida que todo el
mundo lo es. Si, puedo ser un Sabio, estar lleno de Amor e irradiar ambas cosas
a todo aquel que quiera escuchar y esté dispuesto a aceptarlo, pero en la misma
medida en que todo el mundo lo es. La sencillez, la sinceridad, el cariño y la búsqueda
de la bondad, no te hacen ser extraordinario, te hacen ser lo que debes ser y
no tiene ningún mérito, simplemente es lo que hay que hacer.
La sabiduría se alcanza cuando te
rodeas de seres sabios (que no necesariamente han tenido que leer muchos
libros), la paz se alcanza cuando te rodeas de gente de paz, el Amor se alcanza
cuando te rodeas de seres amorosos. Pero primero y antes de nada, tienes que
dejar lugar en tu corazón y en tu mente, para la humilde y sencilla verdad, solo
eres un componente más en esta maravillosa sopa que forma el universo.
Así que acepto que soy un puntito en
el universo, pero eso sí, un puntito lleno de Amor, de Paz y que está aprendiendo
a rodearse de otros puntitos llenos de Amor, Sabiduría y Coherencia. Cada día
la felicidad se asoma a la puerta de tu corazón, solo depende de ti el dejar
pasar el ego o la felicidad, intenta despertar y veras que no tiene color el
seguir embarcado en tareas inútiles.
El Carnaval termina con el entierro
de la sardina, la infelicidad termina con el entierro del ego, escucha, ya
empieza a sonar la música ¿te apuntas a la fiesta?
Besote y Abrazote del puntito de universo.