El
tiempo esta raro, no sé si va más rápido, si meteorológicamente es normal estos
cambios tan bruscos de temperatura, si es normal que a la gente les esté
afectando de manera tan prolongada los enfriamientos y resfriados, pero algo
percibo como extraño.
En la
dinámica que estamos viviendo, puede que alguien aún se resista a creer en la
existencia de criaturas extraterrestres, de entidades que andan por la frontera
de dimensiones paralelas, que nuestro querido planeta y sus recursos, está
siendo manejado al antojo de unos cuantos, y pueden negarse a ver, que como
siempre seguimos siendo esclavos; aunque ahora podemos serlo de forma muy
elegante (chaquetas y corbatas), o muy liberales (comunas, vida en el campo con
recursos naturales, comida vegana). Pero al final, de una forma u otra, todos
venimos a morir al palo. La estructura social nos absorbe, a través de
múltiples necesidades creadas a conciencia, para que no puedas ser
independiente. Si no crees así solo tienes que hacer un simple ejercicio,
párate en cualquier instante de tu día a día y observa si realmente estás haciendo
lo que te apetece y realmente necesitas, o simplemente eres arrastrado de forma
inevitable hacia unos actos que apenas puedes controlar.
En
principio, cada vez que medito sobre esto, en principio me sumo en la
impotencia y desesperación, pero luego, simplemente con preguntarme que es lo
que puedo hacer para salir de esta dinámica, comienzan a venir a mi mente
informaciones o más bien preguntas, las que todos nos hemos hecho en algún
momento de nuestra vida, ¡realmente quien soy!, ¡que es lo que hago aquí!, ¡es
real todo lo que vivo y experimento, a vivo engañado!
Si
consigo tranquilizarme lo suficiente y llenarme de paz, comienzan a venir a mi
mente respuestas, que aunque me pueden parecer extrañas, sé que son ciertas,
eso es así, porque lo es, cuando algo es verdad sientes en tu interior una
seguridad que anula todo tipo de dudas, y siempre es algo diferente a esa
sensación de cuando te engañas y quieres creer cosas, aunque sean mentira.
Vamos
con algunas de ellas:
Nuestro cuerpo no es más que una maquina
orgánica.
Es
totalmente fundamental que comprendamos esto. Nos lo han dicho a través de las
religiones y de otras miles de formas “El hombre fue creado de barro y Dios le
infundio el espíritu”, en la mitología escandinava “Odín creo al hombre y la mujer
de dos troncos de árbol”, en la mitología sumeria “Nammu creó al hombre con la arcilla del
Abzu”, en Grecia según cuenta Hesíodo, “el mito de las cinco edades o razas del
hombre indica que, como un fruto más, los primeros hombres nacieron espontáneamente
de la Tierra como súbditos de Cronos”.
Si nos
fijamos, todos distinguen en cierta forma, un cuerpo creado, con lo que
nosotros llamamos materia y posteriormente dotado de vida espiritual. Por
supuesto que hoy por hoy, yo precisamente no soy un creyente ferviente de lo
que nos dicen las religiones, pero si hemos de tener en cuenta, que cuando
quieren ocultarnos algo, la mejor forma es encubrirla con parte de verdad. Por
tanto, si lo pensamos detenidamente, nos daremos cuenta de que efectivamente,
el cuerpo solo puede ser una maquina orgánica; así lo atestigua su
funcionamiento y comportamiento. Así sucede por ejemplo cuando alguien queda en
coma, por poner un símil que utilizaremos como referencia, es como un coche que
dejamos al ralentí. O cuando dormimos, nuestra conciencia abandona el cuerpo y
según las teorías de Garnier un doble de nuestra consciencia u otra entidad
pueden ocupar el cuerpo físico durante ese tiempo, teniendo consecuencias
buenas o malas, según sea el caso.
El
símil del coche utilizado anteriormente, quizá sea un elemento muy adecuado y didáctico para intentar comprender
el elemento mecánico del cuerpo físico. Cuando nos introducimos en un vehículo, muchas de nuestras funciones y
capacidades innatas, quedan relegadas a un segundo plano, ya que la conducción
del mismo necesita de una gran atención por nuestra parte y hasta que no
dejamos de conducir, no podemos prestar atención al cien por cien a nuestras
habilidades y capacidades. Igual ocurre con nuestra mente, al ocupar una
maquina orgánica y prestar atención a sus necesidades inherentes, perdemos una
gran parte de nuestro potencial.
Este lo
podemos reiterar, por ejemplo, cuando hacemos meditación, cuando practicamos la
relajación o técnicas como el yoga, el chi kung, tai chi, etc., en que tenemos
un acceso más amplio a nuestras capacidades mentales. Los estados meditativos,
contemplativos o de sueño, nos permiten expandir nuestra consciencia y acceder
a planos e informaciones que de otra forma están medio ocultos, subyugados a un
segundo plano.
Los tres estados o divisiones mentales.
Desde
luego mi origen en estas experiencias emocionales, es con REIKI y jamás
renunciare a su reconocimiento, ni a seguir practicándolo; pero esto no
significa que no tuviese la necesidad de ampliar conocimientos y experiencias
con otras técnicas. De esta forma llegue al estudio de la Biodescodificación,
El Código de la Emoción o el Psych-K y otras técnicas y métodos.
El
estudio de todas ellas, me llevo a la certeza de lo expuesto en la primera
parte, que el cuerpo físico simplemente era una maquina orgánica que era regida
por una mente o consciencia superior.
A su
vez esta mente o consciencia superior, en su relación con el cuerpo, se le
podían distinguir una especie de tres divisiones, la Supra mente, la Mente
consciente y el Subconsciente, siendo estas tres divisiones comúnmente
aceptadas, aunque algunos les cambian los nombres.
La
Supra mente es de una extensión, grandiosidad y tiene unas capacidades tan
inmensas que apenas es comprensible para nosotros, en el estado de ocupación
del cuerpo físico. Es la creadora de toda la realidad que nos rodea, conocedora
de todo cuanto acontece o puede ocurrir y facilita todo lo necesario para que
ocurran todas aquellas circunstancias que nos permitan vivir las experiencias que hemos
determinado de antemano.
La
Mente Consciente, es quizá la más pequeña, la menos dotada, pero a la vez la
encarga de ocupar el cuerpo físico. Es la que toma las decisiones, de acuerdo a
los estímulos e informaciones que recibe a través de las emociones. Como cuando
conducimos un vehículo, esta está muy limitada a las condiciones ambientales y
físicas, a las que se tiene que ir adaptando.
Y por
último el Subconsciente, esta parte de la mente podríamos considerarla como una
especie de disco duro. Es la parte donde está gravada toda la programación,
siendo su capacidad ilimitada, por lo que todo cuanto conocemos y hemos experimentado queda gravado en él, pero
al mismo tiempo, dependiendo de esas experiencias y conocimientos, se han
creado unos programas, tipo antivirus o software, que determinan nuestro
comportamiento y aptitudes inherentes a nuestra vivencia y manejo del cuerpo
físico.
Por
tanto si empezamos a comprender que nuestro cuerpo no somos nosotros, sino una
simple herramienta de experimentación y que realmente somos nosotros (nuestra
mente) quienes determinamos lo que ocurrirá momento a momento, según las
experiencias que tengamos previsto conocer, así como que la forma en que se
comunica nuestra mente con el cuerpo es a través de las emociones, quizá
podamos ir tomando decisiones que nos conduzcan a vivir una vida más plena,
consciente y fructífera.
Te
animo a que investigues por tu cuenta y permitas el resurgimiento de tu
sabiduría y amplitud de tu consciencia.
Abrazote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario