viernes, 1 de mayo de 2015

Un maravilloso baño de realidad


            Hace ya, quien lo diría, dos años que conocí a una familia maravillosa. Una familia cuyos cinco miembros originarios tienen un corazón tan grande, que no me explico cómo les puede coger en el pecho.
            Esta familia un día se reunió en torno a su mesa y decidieron, entre todos, hacerse Familia de Acogida. Desde entonces han pasado por ese maravilloso hogar, por sus esplendidas manos y refugiado en su inmenso corazón 9 niños; niños que por diferentes causas no estaban recibiendo el cariño y amor suficientes y que en esta casa lo revieron por centuplicado.
            De los 9 niños, una criaturita maravillosa llamada Sheila, dados los problemas de salud que padecía y el incierto futuro que le esperaba, no encontraba una familia que la quisiera acoger de forma definitiva. ¿Y qué creéis que pasó?, pues que le abrieron sus puertas de forma definitiva. No importaba las previsibles múltiples operaciones a las que tendría que ser sometida, las dificultades de salud y el futuro incierto. Para ellos solo importa que necesita amor y ellos lo tienen a raudales, para ellos es su niña, su Sheila, un bichito maravilloso que corretea por toda la casa, que los llena de luz y que les devuelve el amor que recibe multiplicado por mil.
            Ahora son seis los corazones maravillosos que componen esa familia y que siguen acogiendo a más niños necesitados de amor. Con una entrega absoluta, con una generosidad inmensa y con un sacrificio emocional admirable a la hora de despedirse de esas criaturitas, cuando encuentran por fin un nuevo hogar donde ser recibidos para tener un futuro de esperanza, una vida digna.
            Pero esta maravillosa familia no solo me ha abierto las puertas de su corazón, sino que además me ha permitido conocer a la Asociación AFANIES, donde se aglutinan una serie de padres y niños maravillosos que viven un día a día diferente a lo que entendemos por normal.
            Gracias a mi relación con ellos a través de las terapias Reiki y Psico-neuro- emocionales, que tengo el placer de  impartirles, nos invitaron a Pilar (mi esposa) y a mí, a compartir con ellos la semana pasada, un viaje de cinco días.
            No sé si tendré palabras y seré capaz de expresar la infinidad de emociones, experiencias y sentimientos que hemos experimentado. Ha sido increíble, jamás pude imaginar que estas familias pudiesen vivir la vida con tanta intensidad, con tanta abnegación, con tanto amor. No se puede contar, ni describir, hay que vivirlo.
            Cuando convives con ellos cinco días, te da tiempo a descubrir la absoluta entrega las 24 horas el día a esos seres maravillosos. Comprendes la cantidad de obstáculos que tienen que vencer a cada momento. La importancia del tiempo, de los espacios, la disponibilidad de medios.
            Pero eso a ellos nada les importa, viven segundo a segundo, no conocen limitaciones económicas, sociales o de tiempo; para esos niños, lo que haga falta, cuando haga falta y en la forma que haga falta. No les importa recorrer kilómetros, donde escuchan que puede haber alguna terapia o tratamiento que beneficie a sus niños, allá van ellos. Lo prueban todo, no les importa, y si no da resultado no pasa nada, a otear el horizonte en busca de una nueva esperanza y a lanzarse sobre ella.
            Su vida es intensa, plena, eso que otros muchos buscamos en deportes de riesgo, viajes extraordinarios, ellos lo tiene en su día a día.
            Cuando hemos podido compartir sus vivencias e inquietudes, esa maravillosa sonrisa con la que te llenan de luz esos Ángeles, ese poder disfrutar de cosas tan simples como hacer la croqueta en la hierba, el  jugar con la arena de la playa, el jugar con globos, el disfrutar de una cena comunitaria,  el soltar una carcajada a la menor oportunidad, compartir columpios y toboganes, en definitiva el vivir cada segundo, porque eso es lo que tienes, es cuando recibes una lección que por muchas veces escuchada, hasta que no la vives plenamente no comprendes lo inmensamente importante que es “Vive cada segundo, es lo único que tienes”.
            Y lo más curioso es que al poco tiempo de estar con ellos, los sientes como tuyos, te molesta inmensamente los comentarios típicos y tópicos de: “Pobrecillos, que pena”, “Que lastima de niños, angélicos” y otros por el estilo, que se te clavan en el corazón y te dan ganas de revolverte y decirles “Hipócritas, lo que tenéis es miedo y rechazo que disfrazáis de una falsa apariencia de lastima”. Nuestros niños no son bichos raros, castigo de Dios o esperpentos de la naturaleza. Nuestros niños son Ángeles que han venido a llenar nuestras vidas de Amor Puro y Sincero, Ángeles que han venido a limpiar nuestro Clan y Árbol a base de cariño, sinceridad y sacrificio.
            En algunas tribus, a las que llamamos primitivas, a estos niños se les reconoce como lo que son y son adorados en vida, tratados como seres superiores que han tenido la gentileza de venir a darnos importantes lecciones de vida, a enseñarnos lo que realmente tiene valor. Queremos que cuando nos preguntéis, lo hagáis como lo hacéis cuando preguntáis u os interesáis por otro niño cualquiera. Tampoco queremos que nos miréis con lastima o admiración, queremos que nos veáis como lo que somos, padres que aman incondicional e inmensamente a sus hijos.
            A nosotros no nos importa que el primer día os desvivierais por ayudarnos y que a partir del tercer día ya nos dejarais que nos las apañáramos como pudiéramos y que incluso nos miraseis un poco mal porque tardábamos más que los demás en terminar de comer. Nuestros niños tienen sus necesidades, comen despacio y a algunos tenemos que darles de comer, necesitamos nuestro tiempo. Pero nada de esto importa, ni lo tenemos en cuenta, seguimos dedicando una sonrisa a todo aquel que se acerca, al despedirnos y agradecemos profundamente la paciencia que tenéis con nosotros.
            Es curioso que esto lo esté escribiendo un allegado, porque ellos esto ni se lo plantean, ellos y sus hijos viven y ríen a la menor oportunidad y agradecen de todo corazón, la más mínima sonrisa, el que les prestes un poco de tu atención y si haces algo por sus hijos, por pequeño que sea lo que hagas, tienes su agradecimiento y cariño de tal intensidad que te hace sentir un escalofrió y replantearte si estás viviendo la vida  y la infinidad de regalos que te da a cada instante, como realmente deberías de vivirla.
            En mi corazón y en mi mente han quedado grabados para siempre esos momentos vividos con Anita “Alonso” y Fabián, con Sheila “el bichito”, con Ana de los pelos rizaos y risa constante, con Vero la niña de color amarillo, con David el niño eléctrico, con Dani el niño de la sonrisa profunda y permanente y como no de sus padres, hermanos y abuelos. Pero sobre todo con la gran lección de disfrutar cada instante, de Amar profundamente y de entrega absoluta.
            Gracias por permitirnos formar parte de vuestra vida, por permitirnos ocupar un rinconcito de vuestro corazón. Gracias por avernos hecho más conscientes, más personas, y esperamos poder seguir compartiendo con vosotros  cientos o miles de experiencias más.
            Desde el corazón de la familia Armenteros – Cano, un gran abrazo sin condiciones, limitaciones, ni falsos postulados y un besote grandioso para nuestros niños.




Un poquito de reflexión



El tiempo esta raro, no sé si va más rápido, si meteorológicamente es normal estos cambios tan bruscos de temperatura, si es normal que a la gente les esté afectando de manera tan prolongada los enfriamientos y resfriados, pero algo percibo como extraño.
En la dinámica que estamos viviendo, puede que alguien aún se resista a creer en la existencia de criaturas extraterrestres, de entidades que andan por la frontera de dimensiones paralelas, que nuestro querido planeta y sus recursos, está siendo manejado al antojo de unos cuantos, y pueden negarse a ver, que como siempre seguimos siendo esclavos; aunque ahora podemos serlo de forma muy elegante (chaquetas y corbatas), o muy liberales (comunas, vida en el campo con recursos naturales, comida vegana). Pero al final, de una forma u otra, todos venimos a morir al palo. La estructura social nos absorbe, a través de múltiples necesidades creadas a conciencia, para que no puedas ser independiente. Si no crees así solo tienes que hacer un simple ejercicio, párate en cualquier instante de tu día a día y observa si realmente estás haciendo lo que te apetece y realmente necesitas, o simplemente eres arrastrado de forma inevitable hacia unos actos que apenas puedes controlar.
En principio, cada vez que medito sobre esto, en principio me sumo en la impotencia y desesperación, pero luego, simplemente con preguntarme que es lo que puedo hacer para salir de esta dinámica, comienzan a venir a mi mente informaciones o más bien preguntas, las que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida, ¡realmente quien soy!, ¡que es lo que hago aquí!, ¡es real todo lo que vivo y experimento, a vivo engañado!
Si consigo tranquilizarme lo suficiente y llenarme de paz, comienzan a venir a mi mente respuestas, que aunque me pueden parecer extrañas, sé que son ciertas, eso es así, porque lo es, cuando algo es verdad sientes en tu interior una seguridad que anula todo tipo de dudas, y siempre es algo diferente a esa sensación de cuando te engañas y quieres creer cosas, aunque sean mentira. 
Vamos con algunas de ellas:
Nuestro cuerpo no es más que una maquina orgánica.
Es totalmente fundamental que comprendamos esto. Nos lo han dicho a través de las religiones y de otras miles de formas “El hombre fue creado de barro y Dios le infundio el espíritu”, en la mitología escandinava “Odín creo al hombre y la mujer de dos troncos de árbol”, en la mitología sumeria  “Nammu creó al hombre con la arcilla del Abzu”, en Grecia según cuenta Hesíodo, “el mito de las cinco edades o razas del hombre indica que, como un fruto más, los primeros hombres nacieron espontáneamente de la Tierra como súbditos de Cronos”.
Si nos fijamos, todos distinguen en cierta forma, un cuerpo creado, con lo que nosotros llamamos materia y posteriormente dotado de vida espiritual. Por supuesto que hoy por hoy, yo precisamente no soy un creyente ferviente de lo que nos dicen las religiones, pero si hemos de tener en cuenta, que cuando quieren ocultarnos algo, la mejor forma es encubrirla con parte de verdad. Por tanto, si lo pensamos detenidamente, nos daremos cuenta de que efectivamente, el cuerpo solo puede ser una maquina orgánica; así lo atestigua su funcionamiento y comportamiento. Así sucede por ejemplo cuando alguien queda en coma, por poner un símil que utilizaremos como referencia, es como un coche que dejamos al ralentí. O cuando dormimos, nuestra conciencia abandona el cuerpo y según las teorías de Garnier un doble de nuestra consciencia u otra entidad pueden ocupar el cuerpo físico durante ese tiempo, teniendo consecuencias buenas o malas, según sea el caso.
El símil del coche utilizado anteriormente, quizá sea un elemento muy  adecuado y didáctico para intentar comprender el elemento mecánico del cuerpo físico. Cuando nos introducimos en  un vehículo, muchas de nuestras funciones y capacidades innatas, quedan relegadas a un segundo plano, ya que la conducción del mismo necesita de una gran atención por nuestra parte y hasta que no dejamos de conducir, no podemos prestar atención al cien por cien a nuestras habilidades y capacidades. Igual ocurre con nuestra mente, al ocupar una maquina orgánica y prestar atención a sus necesidades inherentes, perdemos una gran parte de nuestro potencial.
Este lo podemos reiterar, por ejemplo, cuando hacemos meditación, cuando practicamos la relajación o técnicas como el yoga, el chi kung, tai chi, etc., en que tenemos un acceso más amplio a nuestras capacidades mentales. Los estados meditativos, contemplativos o de sueño, nos permiten expandir nuestra consciencia y acceder a planos e informaciones que de otra forma están medio ocultos, subyugados a un segundo plano.
Los tres estados o divisiones mentales.  
Desde luego mi origen en estas experiencias emocionales, es con REIKI y jamás renunciare a su reconocimiento, ni a seguir practicándolo; pero esto no significa que no tuviese la necesidad de ampliar conocimientos y experiencias con otras técnicas. De esta forma llegue al estudio de la Biodescodificación, El Código de la Emoción o el Psych-K y otras técnicas y métodos.
El estudio de todas ellas, me llevo a la certeza de lo expuesto en la primera parte, que el cuerpo físico simplemente era una maquina orgánica que era regida por una mente o consciencia superior.
A su vez esta mente o consciencia superior, en su relación con el cuerpo, se le podían distinguir una especie de tres divisiones, la Supra mente, la Mente consciente y el Subconsciente, siendo estas tres divisiones comúnmente aceptadas, aunque algunos les cambian los nombres.
La Supra mente es de una extensión, grandiosidad y tiene unas capacidades tan inmensas que apenas es comprensible para nosotros, en el estado de ocupación del cuerpo físico. Es la creadora de toda la realidad que nos rodea, conocedora de todo cuanto acontece o puede ocurrir y facilita todo lo necesario para que ocurran todas aquellas circunstancias que  nos permitan vivir las experiencias que hemos determinado de antemano.
La Mente Consciente, es quizá la más pequeña, la menos dotada, pero a la vez la encarga de ocupar el cuerpo físico. Es la que toma las decisiones, de acuerdo a los estímulos e informaciones que recibe a través de las emociones. Como cuando conducimos un vehículo, esta está muy limitada a las condiciones ambientales y físicas, a las que se tiene que ir adaptando.
Y por último el Subconsciente, esta parte de la mente podríamos considerarla como una especie de disco duro. Es la parte donde está gravada toda la programación, siendo su capacidad ilimitada, por lo que todo cuanto conocemos y  hemos experimentado queda gravado en él, pero al mismo tiempo, dependiendo de esas experiencias y conocimientos, se han creado unos programas, tipo antivirus o software, que determinan nuestro comportamiento y aptitudes inherentes a nuestra vivencia y manejo del cuerpo físico.
Por tanto si empezamos a comprender que nuestro cuerpo no somos nosotros, sino una simple herramienta de experimentación y que realmente somos nosotros (nuestra mente) quienes determinamos lo que ocurrirá momento a momento, según las experiencias que tengamos previsto conocer, así como que la forma en que se comunica nuestra mente con el cuerpo es a través de las emociones, quizá podamos ir tomando decisiones que nos conduzcan a vivir una vida más plena, consciente y fructífera.
Te animo a que investigues por tu cuenta y permitas el resurgimiento de tu sabiduría y amplitud de tu consciencia.
Abrazote.