Meditación –
relajación.
La
meditación relajación, es un medio muy eficaz para tranquilizar la mente y
ayudarnos a optimizar nuestro descanso, alcanzando periodos de relajación que
nos permiten revitalizarnos de una forma asombrosa, mezclando meditación con
tratamiento Reiki.
Para
comenzar hemos de preparar la estancia de la forma que más nos agrade, como si
fuese para un tratamiento Reiki. Luz tenue, música suave, aromaterapia y los
que nos parezca.
Nos
sentaremos o acostaremos en una postura lo más cómoda posible y procurando
siempre tener la espalda recta, ya que
la energía circulara por ella.
Cerraremos los ojos plácidamente tomando consciencia de
lo que vamos a realizar, prestaremos atención solo a la música, dejando a un
lado el resto de sonidos y ruidos procedentes de fuera de la habitación.
Prestaremos atención a nuestra mente, hasta conseguir
parar la cháchara interior y que nuestros pensamientos se detengan. Imaginamos,
como en el techo de la habitación, por encima de nuestra cabeza, se abre un
agujero circular que permite el paso de un chorro de energía procedente del
Universo (del Vacío Cuántico). Esta energía con una tonalidad rosada, la
sentimos caer sobre nosotros y sentimos su calidez, paz y armonía cuando
alcanza nuestro cuerpo.
Disfrutando de esta sensación y calidez nos sentimos cada
vez más y más relajados, más y más tranquilos, cada más lleno de paz y amor.
Abrimos ahora nuestro chacra corona, de par en par y dejamos que un rayo
de esa energía entre a través de ese
chacra. Cuando entra sentimos como inunda e ilumina toda la parte superior de
nuestra cabeza y nos sentimos cada vez más relajados y tranquilos, sentimos
como poco a poco, todo se para, todo se ralentiza, todo es calma, paz y
armonía.
Permitimos que la energía sigua bajando poco a poco por
la cabeza y a medida que avanza la energía todas la zonas que alcanza se
impregnan de una profunda paz, de un sosiego absoluto, todo de ralentiza y se
calma, así poco a poco hasta llegar a la planta de los pies.
Cuando llegamos a este punto, nos centramos en sentir
como la energía fluye por todo nuestro cuerpo recorriéndolo y cuando sale al
exterior arrastra todo lo que nos produce malestar, dolor, agobio e inquietud,
sintiéndonos más y más relajados, hasta que finalmente nos sumimos en un
profundo y agradable sopor, permitiendo que la energía, cure, revitalice y nos
llene de paz, tranquilidad, sabiduría y confianza.
Cuando nos apetezca, sin prisa, con calma y despacio
vamos retornando al plano físico y nos moveremos con calma, levantándonos
despacio y después de estar seguros de que hemos salido plenamente de trance en
el que estábamos sumidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario