Contenido
y estructura:
El
contenido está formado por el entorno en que nos criamos, social, educativa y
familiarmente.
Una
de las estructuras básicas de la mente egotista, es la identificación vocablos
ídem- igual y facere-hacer. Nos identificamos con las cosas, con lo material,
con lo que perciben nuestros sentidos limitados. Llegamos a creer que realmente
necesitamos un sinfín de cosas banales para alcanzar la felicidad y cuando no lo logramos o se nos rompen o
pierden nos entra la desesperación y si nos las roban parece que nos han robado
el alma. Creemos que con el acto mágico de la apropiación se produce el milagro
de la felicidad, olvidando lo efímero de lo material, la materia ni se crea ni
se destruye, simplemente se transforma y está en constate transformación por lo
que envejecerá y se disipara, entonces tendremos de nuevo que volver a poner
nuestra atención en otro objeto, así como cuando nos cansemos de buscar en el
objeto en cuestión la felicidad y bienestar que no encontraremos, fijaremos de
nuevo nuestra atención en un nuevo objeto. La satisfacción del ego dura poco y
tenemos que buscar nuevas cosas en el exterior, identificadas con marcas y
etiquetas determinadas, la ropa de marca, las zapatillas de marca, el coche de
marca…
La identificación del ego con las
cosas, da lugar al apego y la obsesión con alcanzarlas. La única medida de
progreso es tener más, aunque no lo necesites. Uno de los males de nuestro
tiempo es la proliferación de los objetos. Intentaremos llenar la vida con
cosas y nos obsesionaremos por hacerlo.
El ego no es lo que somos, cuando consideramos
que el ego es nuestro problema personal es solo cuestión de más ego.
La
Ilusión de la propiedad:
Muchos no se dan cuenta hasta el lecho de muerte de que las cosas que han
tenido o poseído no es lo que ellos son. Ante la muerte el concepto de
propiedad carece absolutamente de significado. La renuncia a las posesiones, ha
sido una práctica espiritual tanto en oriente como en occidente. Pero el
desprenderse de las cosas no lleva automáticamente a la liberación del ego,
este buscara otra cosa con la que identificarse, como por ejemplo una imagen
mental nuestra de alguien que ha sido capaz de renunciar a lo material y por
ello es superior a los demás, esto puede conducir a tener un ego más grande que
el de algunos millonarios. Esto puede llevar a la sustitución de lo material
por una idea mental, de superioridad y creer que que se está en posesión de la
verdad absoluta. Sentir que tenemos la razón mientras los otros están
equivocados es uno de los principales patrones egotistas y una de las
principales formas de inconsciencia.
Para el ego tener es lo mismo que
ser, tengo luego existo, mientras más tengo más soy. La forma en la que otros
nos ven se convierte en el espejo que nos dice como tenemos que ser. El sentido
de valía está ligado a como los otros nos valoran, necesitamos de los demás
para conseguir sentirnos valiosos, realizados y poderosos. La única forma de
conseguir desapegarnos de las cosas e evitando identificarnos con ellas. Si
somos capaces de reconocer que estamos apegados a algo, el apego deja de ser
total y podemos combatirlo. Si tomamos conciencia de que estamos apegados,
nuestra conciencia empieza a manifestarse.
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